Desde que instalé una encimera granito en mi cocina, he notado que mantenerla en buen estado puede ser todo un desafío. Aunque el granito es conocido por su durabilidad y resistencia, aún así requiere ciertos cuidados específicos.
Lo primero que captó mi atención fue el costo del granito. Cuando decidí renovar la cocina, comparé el precio de diferentes materiales. El granito estaba entre los más caros, oscilando entre los 60 y 200 euros por metro cuadrado, dependiendo de la calidad y del tipo de granito. Sin embargo, me convencieron de que valía la pena por su longevidad y estética.
Me preocupaba la porosidad del granito. Descubrí que, aunque el granito es menos poroso que el mármol, todavía puede absorber líquidos y mancharse si no se sella adecuadamente. Averigüé que el sellado debe hacerse al menos una vez al año, lo que implica un costo adicional de mantenimiento. De hecho, según expertos en piedra natural, el sellador puede costar entre 15 y 30 euros por litro, y generalmente se necesitan al menos dos litros para una cocina de tamaño promedio.
Otro desafío con el que me encontré fue la susceptibilidad del granito a los productos ácidos. Un día, sin pensarlo mucho, dejé un limón cortado directamente sobre la encimera. Al poco tiempo, noté que la superficie se había opacado. Fue entonces cuando aprendí que el ácido cítrico puede dañar el sellador del granito. Desde ese incidente, procuro siempre usar tablas de corte y evitar que cualquier tipo de ácido entre en contacto directo con la encimera.
El peso del granito también es considerable. Durante la instalación, observé que el grosor estándar de una encimera de granito es de 3 cm, lo que la hace bastante pesada. Recuerdo que los instaladores tuvieron que reforzar los gabinetes para soportar el peso adicional. Esto no solo agregó tiempo al proceso de instalación, sino también un costo adicional por los materiales y la mano de obra extra.
Además, mantener la apariencia pulida del granito requiere cuidado especializado. La limpieza diaria debe hacerse con un paño suave y detergente neutro. Nunca uso limpiadores abrasivos porque pueden rayar la superficie. Según leí en una revista de decoración de interiores, un mantenimiento inadecuado puede reducir la vida útil del sellador, obligando a re-sellar la encimera con más frecuencia de lo recomendado.
Otro aspecto importante es la resistencia al calor. Aunque el granito es bastante resistente, siempre coloco protectores sobre la superficie antes de poner ollas y sartenes calientes. Aprendí de una forma algo brusca, tras colocar una olla directamente sobre la encimera y notar una ligera decoloración en la zona afectada.
Uno de mis amigos, que también tiene una encimera de granito, compartió su experiencia con la reparación de grietas. Me comentó que una pequeña grieta apareció en su encimera, probablemente debido a un golpe fuerte. Sorprendentemente, el costo de reparación ascendió a unos 100 euros, ya que tuvo que contratar a un profesional especializado en piedra natural.
Finalmente, está el desafío del color y diseño. Si bien el granito tiene una amplia variedad de colores y patrones, cada lote es único. Esto significa que si alguna sección de la encimera necesita ser reemplazada, encontrar un patrón que coincida exactamente puede ser muy difícil. Conozco a una familia que tuvo que reemplazar su encimera completa porque no encontraron una coincidencia perfecta para una pequeña área dañada.
Pese a todos estos desafíos, no me arrepiento de haber optado por una encimera de granito. A pesar de sus demandas de mantenimiento, la elegancia y durabilidad que ofrece compensan los esfuerzos adicionales. Cada vez que la veo, me alegra haber invertido en un material que, bien cuidado, puede durar toda la vida.